¿Por qué nunca vas a correr por debajo de 3:00 min/km? (Y por qué no deberías preocuparte)
En uno de los últimos reels que publiqué, lanzaba una pregunta provocadora:
¿Sabes por qué nunca vas a correr por debajo de 3:00 el kilómetro?
Y no, la respuesta no tiene que ver con tus zapatillas de carbono, ni con tus ganas, ni siquiera con tu disciplina. Tiene que ver con algo mucho más profundo: el contexto en el que has crecido, tu genética, y cómo estructuras tu vida.
1. Entrenar no es lo mismo que vivir para correr
Mientras muchos de nosotros entrenamos a contrarreloj entre el trabajo, la familia y el resto de responsabilidades del día, en lugares como el Valle del Rift en Kenia, los niños crecen corriendo. Literalmente.
Este entorno crea una base aeróbica brutal desde edades tempranas. No es algo que se entrena. Es algo que se incorpora al cuerpo desde la infancia.
📚 Según un estudio publicado en el “Journal of Applied Physiology” (Saltin et al., 1995), los corredores de élite del este africano presentan una economía de carrera un 10% superior a la de corredores europeos, incluso con niveles de VO2max similares.
2. Genética + altitud = combo imbatible
Los corredores kenianos, especialmente de la etnia kalenjin, no solo viven y entrenan a más de 2.000 metros de altitud (lo que favorece una mayor eficiencia en la oxigenación), sino que también presentan características físicas muy específicas:
- Extremidades más largas y delgadas (mejor relación peso/potencia)
- Tendones más largos y elásticos (mejor aprovechamiento del rebote)
- Baja masa grasa y alta proporción de fibras lentas, ideales para la resistencia
No es que “sean superiores”. Es que están hechos para esto.
3. ¿Entonces tiramos la toalla? Ni hablar
Este post (ni el reel) no son para desmotivarte. Son para que pongas los pies en la tierra y entiendas que compararte con Kipchoge es tan absurdo como frustrante.
Tú tienes otra vida. Otro contexto. Y probablemente otros objetivos.
Por eso el reel termina con un mensaje claro:
“Corre con los pies en la tierra. Disfruta el camino. Dedícale tiempo a tu familia y a tu trabajo. Y deja de compararte con quien nació para correr.”
4. Haz lo mejor con lo que tienes
Entrena, mejora, disfruta.
Pero no vivas esclavo del crono. No necesitas correr a 2:59/km para sentirte un corredor. Lo eres desde el momento que decides salir, aunque sea 20 minutos, aunque sea a trote cochinero.
¿Y tú qué opinas?
¿Te habías planteado alguna vez estas diferencias entre un amateur y un keniano de élite?
Déjamelo en comentarios y cuéntame cuál es tu motivación para correr.